Hoy de nuevo estuve pilas todo el día, fui de acá para allá, de reunión en reunión, con unas almendras de emergencia en la cartera, que por suerte no usé hasta llegar a casa 6:30, la hora del hambre. Es ese momento del día en que te querés comer un camión entero, pero safé. Todavía pienso un poco en las ricuras y las extraño. El azúcar es hoy para mi como un ex novio que dejaste hace un par de semanas porque vos querías, pero que te cuesta horrores asumir. Sí, no es joda, así de tanto lo extraño.
Estos son los jugos de manzana verde con jengibre y limón de ayer a la noche, deliciosos:
Hoy a la mañana el batido fue de arándanos, leche de coco, canela, y un cuadradito de palta. Raro, no me mató de amor, pero me divierte probar estas novedades, mientras no sean sopas frías:
Al mediodía fue una ensalada de lentejas, vegetales y verdes con un aderezo grandioso a base de limón, aceite de oliva, cúrcuma, jengibre, y ananá:
Y ahora toca sobrevivir en la reunión social. Ommm...
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