Buena decisión agregarle algo de sólido a la comida nocturna. Anoche tomé un rico jugo de manzana verde con limón y jengibre, y comí restos de mi comida sólida del mediodía. Así, dormí perfecto, nada de vómitos de sopas verdes. Junger, autor de Clean, me diría que no es lo óptimo, que tengo que respetar 2 comidas líquidas y una sólida al día, y yo le contesto que quizás en mi próxima detox. Para mí esto sigue siendo una ardua desintoxicación, que me cuesta los azúcares, las harinas, y todas mis amadas gorduras. Nunca en mi vida me pasó salir estresada de una reunión con amigas porque ellas comían empanadas y sandwichitos y yo no. Es duro esto, pero se puede.
Hoy, en el día 3, ya recuperada y más enérgica, empecé mi día con un alto batido de maracuyá, ananá, mango, y leche de coco.
Tuve algo de hambre a la mañana, pero aguanté. Siempre arranco a cocinar tipo 12 30, y ahí se me va. Debe ser porque me encanta la cocina, soy cada vez más fan de hacer recetas nuevas y pasar un rato al día revolviendo distintos ingredientes. Es sano ser tu propia cocinera, te hace más sabia y te conecta de alguna forma con lo que sos. Ahora soy verduras, frutas, semillas, legumbres, especias, pollo y pescado básicamente. Antes de arrancar era chocolate, manteca, panes, mucha azúcar, milanesas fritas, carnes rojas, algo de atún, verduras, 1 manzana al día, jugo citric, gaseosas, quesos, pastas, semillas. Grandes cambios.
Al mediodía, unos fideos de alforfón (que encontré en el barrio chino), con vegetales salteados (ajo, col china, brócoli, zanahoria, zuccini), jengibre y pechugas de pollo.
El libro, además de la guía de recetas para los 21 días, te da algunos tips para complementar con la dieta a diario:
- Meditar todos los días y hacer respiración consciente. Aprendí a meditar este año y me cambió la vida. Todos necesitamos un descanso mental cada día, debería ser obligatorio.
- Hacer baños de frío-calor, que sirven para la circulación.
- Raspar la piel cuando te das un baño, para ayudarla a purificarse. Yo uso unos guantes vegetales.
- Ejercicio todos los días, 30 minutos. Algo que me gustó y no cuesta tanto es subir escaleras. Vivo en el piso 7 de un edificio antiguo, pero tardo 2 minutos literal y es excelente ejercicio. Eso combinado con la caminata en vez del bondi, y alguna corridita, perfecto. La bici es la salvación como transporte también.
- Comer un ajo por día: es altamente desintoxicante porque favorece la digestión y la eliminación de líquidos, es uno de los mejores bactericidas, ayuda a la circulación, y tiene muchas propiedades más.
- Masajes una vez por semana, y si se puede un sauna también. Yo elegí acupuntura los lunes, que te relaja tus puntos conflictivos a través de la aplicación de agujas, y te dan un masaje energético al final. Una seda.
- Guardar un registro diario de cómo te vas sintiendo, heme aquí.
Cómo me siento: desde que empecé la dieta de eliminiación hace unos 10 días, soy otra en varios aspectos. Salvo por la noche 1, fatal, me empecé a despertar sola temprano, sin sentir ese cansancio de topadora a la mañana, fresca como una lechuga. Tengo mucha más energía, más pilas, más buena onda. Estoy más empática y abierta a charlar con la gente. La semana pasada conseguí 3 laburos nuevos gracias a mis pilas Clean. Tengo ganas de llegar a mi oficina, terminar todo lo que tengo que hacer, y con gusto. Este año empecé a trabajar sola, y me costó bastante adaptarme, pero ahora con esta renovación energética, mucho mejor. Tengo momentos débiles: el hambre, eso a veces me debilita mucho el cuerpo, y también la paso mal en cada reunión social. Me estreso de ver toda esa comida que no puedo ni tocar, y me molesta mucho. Pero en general, no me angustio, no me deprimo como antes. Solía estar un poco bajón cada día, y no sabía bien por qué, eso ya cambió. Hay cosas que comía que ya quiero desechar totalmente de mi nueva vida. Por ejemplo, reemplazar la sal común por sal marina, o los desayunos de tostadas por ricos batidos.
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