Después de una noche Clean con amigas, quedaron restos varios para el almuerzo del día siguiente. Mi hermana se unió al banquete y devoró un poco de todo. Las lentejas al ananá, el hummus casero, el pollo pilaf, le encantó y ya quiere volver a probar más. Junger, autor del libro, dice que está todo bien con que guardes comida para el otro día, mientras la comas dentro de las 24/48 hrs, por si algún día no tenés tiempo o ganas de cocinar.
Y así, entre clean y clean, llegó el temido fin de semana. La diferencia con la semana anterior fue que, esta vez, el viernes a la noche no fue de dolor de cabeza y cansancio, al contrario. Muchas pilas, la mente bastante clara, el hambre de siempre pero con ganas de hacer algo. Antes, los viernes eran puras ganas de morirse en la cama ASAP.
La mañana del sábado empezó con un licuado de manzana, al que no le puse mucha onda porque no estaba en mi casa y no tenía tantos ingredientes. Asique me premié del licuado poca onda con un almuerzo en un restaurante de comida sana. Me costó encontrar algo adecuado en la carta, porque no era un lugar vegetariano ni simil pero safamos con un arroz yamaní con calabaza, semillas de girasol tostadas, y champignones. El lugar era muy lindo y la comida estaba bien:
De ahí, me quedé con un poco de hambre, pasé por una dietética y encontré unas fabulosas bayas de goji importadas de China. Parecen pasas de uva rojas, pero tienen un sabor que me gustó mucho más. Es un fruto seco súper antioxidante si comés un puñadito de 20 bayas por día.
De la dietética, siguió el día Clean con una linda bicicleteada, y después con el partido de fútbol femenino de los sábados. Una jornada altamente productiva.
Mi cena de esa noche, mientras el resto comía empanadas, alcohol y caramelos masticables: arroz integral, cebolla morada, zanahoria feteadita, nueces picadas, todo salteado + atún al agua. Sapo de otro pozo yo con mi plato desintoxicante, pero ahí empiezan las preguntas de curiosas y curiosos, que me encantan porque me cebo contando, la gente se engancha y te dicen cosas como "listo, mañana me compro el libro". Cuando te empezás a ayudar a vos misma, se ve que sin querer queriendo también ayudás a los demás.