Este final de Clean es en realidad sólo el principio. Empezó para mí una nueva forma de vida. Más allá de una detox, este programa significó tomar conciencia profunda sobre los alimentos que como. Qué me va a hacer bien y qué no de acá a que me muera. No sé si lograré dejar de comer mis golosidades del todo, pero sí voy a saber realmente qué efectos tienen en mi cuerpo, y si quiero sentirme así.
Decidí seguir comiendo sano, y buscar ricos reemplazos naturales para esos alimentos golosos que tanto disfrutaba, y cuando digo ricos lo digo en serio. Por suerte, o por causalidad, o por la ley de la atracción, me encontré con Luli, una amiga que hizo un curso de postres crudiveganos. Y lo mejor de todo es que me pasó las recetas, dice que son riquísimas, y el lunes (mi primer día después de Clean) pienso probar una.
También, me encontré con Lola, la seguidora ferviente de este blog que se inspiró con mis relatos y empieza Clean en 2 días. Ella, muy expeditiva en su proceso de decisión de empezar, se vio conferencias online de Junger, investigó sobre el tema, obviamente se compró el libro, y ya compró todo en el barrio chino. Me recomendó ahí un súper: Casa China, el mejor. Sobre la calle Arribeños, a pocos metros del arco de entrada. Ya había ido alguna vez, pero no lo registré. Lola me contaba todo lo que encontró ahí que yo no había logrado conseguir en mi primer gran compra de arranque Clean. Así que aproveché en este viernes, día 19, para hacer una nueva compra, y prepararme para seguir con esta nueva vida sana. Fui hasta el barrio chino, acompañada de 2 secuaces, y liquidamos la compra en menos de media hora. Fue rápido, interesante, con poca gente, y muy efectivo. Les recomiendo ir al barrio chino en la semana, es mucho menos cansador y tumultoso que los sábados o domingos.
En el día 19 me tomé un licuado de ananá para arrancar el día, a la hora del almuerzo hice el pollo pilaf por tercera vez ya, a la tarde unas bayas de goji, y a la noche una sopa de calabaza y verduras licuadas. Así me sigo levantando a las 7am, feliz, con ganas de vivir. Creo que la sopa de la noche es clave, te ayuda a descansar mejor, y a levantarte temprano fresca como una lechuga.
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