domingo, 13 de diciembre de 2015

Agradecer

Se va un año especial para todos. Un año de fuertes sacudones, de cambios. Cambios buenos, duros, lindos, dolorosos, transformadores, jamás pensados, felices. Fechas que quedan marcadas para siempre, nacimientos, casamientos, separaciones, mudanzas, democracia. 
Este mes no dejo de emocionarme cada día, todavía estoy entendiendo el por qué, digiriendo lo que representó este 2015 que mucho prometía, tanto tanto nos dio y a algunos también nos quitó. Lo viví todo. Lo respiré, lo peleé, lo disfruté, lo abracé, lo amé, lo odié, lo sufrí, lo transformé. Lo mejor fue el amor, la compañía y la entrega de todos alrededor, así lo mido y así la balanza siempre es positiva. Es un momento para agradecer lo que recibimos, para acordarse de todos los que formaron y forman parte de este camino. De despedirse, dejar atrás, soltar, terminar la transformación que empezó y cierra el ciclo. 
"New year. New feels. New breathe. New chances. Same dreams, fresh starts. I dare you to believe in yourself. You deserve all things magic", gracias chicas. Una y mil veces más, gracias a todos. Mis viejos, hermanas, hermanos, cuñadas, cuñados, sobrinas, sobrinos, amigos, mis amigas todas, las de siempre, las nuevas que hoy ya son como viejas, las íntimas, las que veo una vez al año, las que no están pero igual me acompañan, y cada uno de los que se fueron. En esa lista resumo el año. 

"El futuro es incierto, siempre. Y no sabemos qué vamos a hacer efectivamente, ni si vamos a estar. El presente es todo. Toda la historia del mundo, el pasado de millones de personas, se hizo en el tiempo presente. Todo lo que uno espera, desea, o teme del futuro será solamente cuando llegue a ser presente", gracias a mi hermano. 






miércoles, 22 de octubre de 2014

La vida Clean sigue

Ya pasaron 2 semanas desde que completé los 21 días Clean. Me sigo sintiendo espectacular, pilas, energía, vida. Más vida que nunca. Los únicos momentos en que me siento mal son los que como carnes rojas o mucha harina. Ya aprendí qué me hace bien y qué no. Sigo tomando los batidos frutales cada mañana y soy muy consciente de todo lo que como. 

Ahora mi misión es seguir transmitiéndolo, y compartir mi experiencia de vida sana con los demás. 










lunes, 6 de octubre de 2014

El final es sólo el principio - Día 21

Un aplauso a mí misma por haber terminado el programa. Apenas empecé a leer el libro pensé que era imposible, que soy pura azúcar. Pero lo logré. 21 días libre de azúcar, carnes rojas, harinas, huevo, y lácteos. Salvo algún que otro desliz, esto fue perfecto. Me siento realmente desintoxicada. 
HOY Estoy más positiva, duermo mejor y me levanto mucho más temprano, sin despertador, llena de energía y con ganas de vivir, no me angustio, no estoy cansada, los viernes a la noche vivo, no me duele más la cabeza, mi economía mejoró considerablemente, y tengo mejor energía para dar. 
ANTES me sentía cansada, con poca energía, enferma y débil por momentos, con dolores de cabeza por las tardes, una mente demasiado ansiosa y pensante, pesada por las mañanas, dormía demasiado y siempre quería dormir un poco más.  
Todo cambió. Por eso, decidí seguir comiendo sano. Voy a probar nuevas recetas, y explorar restaurantes vegetarianos y crudiveganos. Pienso seguir escribiendo cada semana para contar más de mi experiencia y motivarme a comer bien todos los días. 
El día 21 fue un poco irónico. Empecé muy bien con un batido de frambuesas y arándanos, y a media mañana otro de mango. 


 A mediodía una ensalada, pero se ve que le faltó más cuerpo y me quedé con hambre. Había un rogel de los más ricos en lo de mi novio. Pensé toda la tarde en esa torta, y decidí autopremiarme con unos bocados, después de un mes de no comer absolutamente NADA de dulces. El azúcar es realmente adictivo, lo que me generó en ese momento fue querer comer más y más y tratar de engullir lo máximo posible. Después, cuando lo empecé a digerir, estaba llena y empalgada, rarísimo para mí, aunque no me sentí mal. No tuve ganas de comer nada hasta el día siguiente. 
Mi después de Clean empezó básicamente Clean. Estoy haciendo las mismas recetas y rutina, aunque estoy empezando a probar algunas cosas que antes no podía ni tocar. Empecé con un batido de frambuesas, arándanos y ananá. A media mañana probé granola con yogurt, y me cayó perfecto. En el almuerzo, hice unos rollitos con "arroz" de nuez, semillas de girasol, sésamo, cebolla morada y cilantro. Los rellené con palta, zanahoria, pepino, y atún. 
Espero poder seguir así, desintoxicada, mucho tiempo más. 






domingo, 5 de octubre de 2014

Día 20

Otro día más arriba a las 7am, gracias a la sopa licuada de la noche anterior. Una mañana muy productiva de lectura, y un desayuno riquísimo con este batido de frambuesas y arándanos:



Después hubo evangelización todo el día. Prácticamente cada persona que me cruzo se entera de Clean. Me siento tan bien que tengo ganas de que todos lo hagan así que me encanta contar sobre los efectos del programa y cuánto le curó la presión arterial a mi madre en sólo 11 días. Así se van sumando adeptos, 5 personas en este sábado dijeron que lo iban a empezar. Una de ellas fue a comprar el libro ese mismo día, y otra se lo pidió prestado a una amiga. Lindas estadísticas para un final Clean.
Algo que hice mal el día 20 fue comer mucho pollo pilaf que todavía me quedaba. Comí mediodía y noche, y me faltaron verduras y más alimentos crudos. Por eso, a la noche me sentí un poco más pesada de lo normal, normal para Clean digamos. Junger dice que tenemos que comer al menos un 50% de alimentos crudos por día para matenernos en equilibrio. Mi cuerpo ya se da cuenta sólo de qué necesita, ahora me avisa más rápido y me siento pesada al toque. También comí un poco de banana, a falta de otra fruta en casa ajena, y me cayó pesadísima. Además, probé unos chips de banana y me cayeron mal, osea que esa fruta mejor no tanto pour moi.
Ya palpito el final, y presiento que algún peque
ño premio gastronómico me voy a regalar después de tanto esfuerzo.

Día 19, decisiones de vida

Este final de Clean es en realidad sólo el principio. Empezó para mí una nueva forma de vida. Más allá de una detox, este programa significó tomar conciencia profunda sobre los alimentos que como. Qué me va a hacer bien y qué no de acá a que me muera. No sé si lograré dejar de comer mis golosidades del todo, pero sí voy a saber realmente qué efectos tienen en mi cuerpo, y si quiero sentirme así. 
Decidí seguir comiendo sano, y buscar ricos reemplazos naturales para esos alimentos golosos que tanto disfrutaba, y cuando digo ricos lo digo en serio. Por suerte, o por causalidad, o por la ley de la atracción, me encontré con Luli, una amiga que hizo un curso de postres crudiveganos. Y lo mejor de todo es que me pasó las recetas, dice que son riquísimas, y el lunes (mi primer día después de Clean) pienso probar una. 
También, me encontré con Lola, la seguidora ferviente de este blog que se inspiró con mis relatos y empieza Clean en 2 días. Ella, muy expeditiva en su proceso de decisión de empezar, se vio conferencias online de Junger, investigó sobre el tema, obviamente se compró el libro, y ya compró todo en el barrio chino. Me recomendó ahí un súper: Casa China, el mejor. Sobre la calle Arribeños, a pocos metros del arco de entrada. Ya había ido alguna vez, pero no lo registré. Lola me contaba todo lo que encontró ahí que yo no había logrado conseguir en mi primer gran compra de arranque Clean. Así que aproveché en este viernes, día 19, para hacer una nueva compra, y prepararme para seguir con esta nueva vida sana. Fui hasta el barrio chino, acompañada de 2 secuaces, y liquidamos la compra en menos de media hora. Fue rápido, interesante, con poca gente, y muy efectivo. Les recomiendo ir al barrio chino en la semana, es mucho menos cansador y tumultoso que los sábados o domingos. 









En el día 19 me tomé un licuado de ananá para arrancar el día, a la hora del almuerzo hice el pollo pilaf por tercera vez ya, a la tarde unas bayas de goji, y a la noche una sopa de calabaza y verduras licuadas. Así me sigo levantando a las 7am, feliz, con ganas de vivir. Creo que la sopa de la noche es clave, te ayuda a descansar mejor, y a levantarte temprano fresca como una lechuga.

jueves, 2 de octubre de 2014

7 am arriba! Día 18

Hoy es un día espectacular! Ayer logré hacer las 2 comidas líquidas y una sólida correspondientes y hoy la vida es color de rosa. Todo por haber comido una sopa de calabaza y zanahoria licuada a la noche, en vez de algo sólido como venía haciendo. Tal como decía el libro que ocurriría, estuve hiperquinética a la noche. De tan liviana, no estaba para nada cansada, me puse a hacer varias cosas: arreglé toda mi oficina, armé la tele nueva, corrí mesas y las limpié, y además leí el capítulo "después de Clean". Me dormí a las 00 hs, fácil y sin insomnio, y me desperté naturalmente a las 7AM! Sin despertador, increíble. No me levanto a esa hora desde que iba al colegio masomenos. Siempre fui de esas personas que duermen hasta el último minuto posible. Pero hoy, abrí los ojos a las 7 y tuve ganas de levantarme, de hacer todas mis actividades del día. Ahora sólo quiero comer sopas licuadas a la noche para poder estar así de activa en las mañanas. 
Empecé el día con una meditación guiada que encontré en Youtube, con fondo de olas y relajación profunda. Después trabajé, fui de acá para allá, volví y me puse a cocinar unas verduras salteadas con fideos de alforfón para el mediodía. Lo acompañé con un riquísimo jugo de manzana natural con limón y jengibre.
Así se ve mi oficina después de todo el orden que hice:






Esta noche tengo doble reunión social, y voy con mi sopa licuada. Espero que no me ataque el mal humor. Voy a tener como foco mi mañana productiva para ponerle garra y evitar la tentación.